Los cuencos de
cristal de cuarzo constituyen una nueva dimensión dentro del mundo de la
vibración y el sonido. Están basados en la tradición del uso del sonido con
cuencos de metal en el Tíbet, la India, China, Japón y otros países de Oriente
desde hace miles de años para la meditación y la sanación. Con esa finalidad
han comenzado a utilizarse a finales de los años ochenta dada su enorme
resonancia y poder terapéutico. Los cristales de cuarzo pueden vibrar u oscilar
de una forma regular y tienen una estructura molecular interna en espiral (muy
similar a la del ADN). Esto hace que los cuencos de cuarzo tengan unas
propiedades sonoras únicas. Producen una onda sinusoidal pura y crean un sonido
multidireccional que se expande hasta un kilómetro de distancia y que puede
durar varios minutos antes de extinguirse. "El sonido parece que va a un
oído, luego al otro, luego detrás, más tarde parece que viene del suelo. ¡¡Es
un sonido envolvente natural!", dice Gaudry Normand. Este sonido pasa a
través de nuestro cuerpo y nos hace vibrar.
Las vibraciones producidas por los cuencos de
cristal de cuarzo activan nuestras células y penetran profundamente en todo
nuestro ser. Su sonido envuelve el cuerpo como una ola, proporcionando una
experiencia similar a un masaje enormemente sutil o a una profunda y serena
meditación. La gente que experimenta los efectos de los Cuencos de Cuarzo
describen su experiencia como una gran relajación física y mental, sensación de
flotar, bienestar, plenitud... Producen importantes desbloqueos en el cuerpo
físico y energético, por lo que se utilizan como una importante herramienta
terapéutica.
El Dr. Gaynor, prestigioso oncólogo
norteamericano, al proponer un nuevo paradigma para una medicina más holista
cita en primer lugar el uso de los "cuencos de cristal y otros
instrumentos en intervenciones en grupo para pacientes con enfermedades
potencialmente mortales o crónicas, tanto para el desarrollo psico-espiritual
como para la sincronización fisiológica".
LOS EFECTOS DE
LOS CUENCOS DE CUARZO
El efecto lo producen estos cuencos en el
cuerpo no sólo a través del sonido sino a través de las vibraciones que
transmiten al agua y liquidos de nuestro organismo, que como sabemos está
formado en más de un 70% por agua. En este sentido el Dr. Jeffrey Thompson,
director del Centro de Investigaciones Neuroacústicas en el Instituto de
Ciencias Humanas de California, dice: "Dado que el sonido viaja cinco
veces mejor por el agua que por el aire, la estimulación en el cuerpo de la
frecuencia sonora es una forma muy eficaz de estimulación corporal total, sobre
todo a nivel celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando
la vibración de la frecuencia de sonido, ha mostrado un marcado metabolismo
celular, y con ello la posible movilización de una respuesta celular de
curación".
El trabajo con los Cuencos de Cristal añade a
las propiedades intrínsecas del cuarzo la emisión de potentes frecuencias
sonoras que hacen vibrar nuestro organismo y lo
equilibran.
Los científicos norteamericanos Marcel
Voguel y Normand Nikesell han podido observar que los tejidos sanos en el
cuerpo guardan una mayor organización cristalina en su estructura, mientras que
en los que muestran signos de deterioro esta organización atómica se rompe.
Por
el principio de resonancia, base de toda terapia que se realiza con sonido, los
Cuencos de Cuarzo producen una armonización entre su vibración y la de la
persona. La vibración producida por los Cuencos tiene el poder de hacer vibrar
los átomos y reorganizarlos en una estructura cristalina, que es más fuerte, es
decir, más armónica, más sana.
Su sonido afectará de una manera global al
individuo, equilibrando primero su cuerpo energético y los chakras (centros de
energía) y limpiando el campo áurico. La vibración repercute en la columna, que
actúa como un poderoso vehículo de resonancia, y se extiende a través del
sistema nervioso a nuestras células, tejidos y órganos.
Los sonidos más graves producen un
"enraizamiento" en la persona porque afectan a los centros inferiores
de energía. Son más amplios, contienen más armónicos, son más femeninos. Los
más agudos resuenan en las zonas superiores del cuerpo (pecho, garganta y
cabeza). Son sonidos más focalizados, más intensos; son más masculinos.
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